lunes, 4 de diciembre de 2017

Gracias por todo, Fidel.

Noviembre no es ya un mes como otro cualquiera. Desde hace un año -lo podemos asegurar- es tiempo para evocar a nuestro máximo líder, pero no con la expresión desconsolada de quien pierde un ser imprescindible.
De Fidel no se puede hablar en pasado. No, mientras nos quede aliento para gritar “Yo soy Fidel”.
Si somos capaces de llevar adelante los principios que defendió y actuar en consecuencia, seguirá vivo como todos los héroes que tienen historia, hacen la historia y son la historia.
Por ello, cuesta decir en pocas líneas, todo cuanto se quiere, de un hombre que ha aportado tanto en beneficio de muchos.

Cómo expresar en pocas palabras, lo que representa para cada cubano, ese ser extraordinario que a los largo de su vida edificó una monumental obra, como el más virtuoso artista.
De diversas maneras Fidel estará presente en la vida diaria como ejemplo de abnegación, sentido del deber y humanismo, una cualidad que resalta entre todas, porque encierra la proyección de quien siempre luchó por el bienestar de los cubanos y de los pueblos del mundo, en los que ponemos en práctica su ideal de justicia.

El pensamiento de Fidel Castro está multiplicado en niños, jóvenes, hombres y mujeres; su legado constituye motivo de inspiración para muchas generaciones en el afán de lograr ese mundo mejor que –en múltiples ocasiones- afirmó  “es posible”.
A ese excelso revolucionario no lo recordamos hoy por cumplirse el primer aniversario de su muerte, sino por su fecunda vida.

Al líder de la Revolución, que trajo a este pueblo una suma muy grande de libertades le expresamos con total gratitud los últimos versos del poema de la poetisa Carilda Oliver Labra…Gracias por ser de verdad, gracias por hacernos hombres, gracias por cuidar los nombres que tiene la libertad.
Gracias por tu dignidad, gracias por tu rifle fiel, por tu pluma y tu papel, por tu ingle de varón.
Gracias por tu corazón. Gracias por todo, Fidel.