domingo, 21 de julio de 2013

Otro día de celebración para nuestros infantes.

 Este domingo, el tercero del mes de julio no hizo la diferencia. José Carlos y Amanda salieron de paseo, se divirtieron y sonrieron como siempre, sin advertir que fue la fecha elegida por Cuba, desde 1973 como el Día de los Niños.

A diferencia de otras celebraciones a favor de la recreación de  los infantes, esta se enmarca en el período vacacional, por lo que la familia es guía, aún cuando las propuestas son iniciativas de la Organización de Pioneros José Martí y de otras instituciones en la provincia.

Para regocijo de muchos, en esta ocasión la festividad coincidió con el Carnaval Infantil, por lo que no faltaron opciones tentativas desde bien temprano en la mañana.
En parques, plazas y avenidas disfrutaron de diversas actividades concebidas para el bienestar de niñas y niños como Amanda y José Carlos.

La celebración ya suma 40 años en nuestro país sin perder jamás la esencia para lo cual fue ideada, a diferencia de otras naciones del mundo.

La recomendación de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) de que se instituyera el Día Universal del Niño, como fecha exclusivamente consagrada a reafirmar sus derechos, fue hecha a todos los países.

Y aunque más de cuarenta decidieron unirse a la fiesta y celebrarlo también, muchos no ofrecen las garantías que se necesitan en las primeras edades.

Precisamente por eso, más que un regalo, lo indispensable este día, es enseñar a nuestros pequeños a valorar lo que tienen e incitarlos a aprovechar al máximo las oportunidades que se le brindan para que en un futuro sean personas de bien.





lunes, 15 de julio de 2013

Por un periodismo más objetivo


Con el compromiso de llevar al pueblo la información oportuna, objetiva y sistemática, surgió el 15 de julio de 1963, la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).

Fue resultado de un reclamo que venía haciéndose por los periodistas revolucionarios luego de la victoria del pueblo cubano en Playa Girón, y en razón del desarrollo de una realidad diferente para el país, la prensa y los periodistas.

El desafío fue arduo para los primeros reporteros de los diferentes medios de comunicación, pues tenían la responsabilidad de cambiar la esencia misma de informar.

La prensa pre-revolucionaria estuvo plagada de vicios y compromisos personales, que no reflejaban la realidad, ni daba respuesta al requerimiento popular.

Carecía entonces de objetividad y lejos estaba de orientar, mucho menos educar. 

Pocos eran los que defendían la razón y la verdad. Entre ellos Félix Juan Elmuzar, periodista cubano expedicionario del Granma, asesinado a causa de sus actividades revolucionarias.

Hoy su nombre y ejemplo dignifican la labor de hombres y mujeres con destacada trayectoria en el periodismo revolucionario, merecedores de la máxima condecoración  que entrega el Consejo de Estado a propuesta de la UPEC. 

Otros como Carlos Manuel de Céspedes, José Martí, Juan Gualberto Gómez y Pablo de la Torriente Brau integran la nómina de patriotas que encontraron en la prensa una vía para divulgar los ideales revolucionarios.

De cierto modo, ellos incitaron a un verbo más ardiente y locuaz, obligándonos, a poner pasión a las palabras.

Y en ese deber insoslayable se defiende el derecho de las masas a una información veraz, para hacer -de la nuestra- una prensa útil, seria, reflexiva y creadora.

Ahí está la más encumbrada misión de quienes formamos parte de la Unión de Periodistas de Cuba, organización social surgida en el proceso histórico de las luchas de nuestro pueblo; abanderada de la ética profesional y comprometida cada vez más con el desarrollo social.

Un papel esencial desempeñamos los trabajadores de la prensa en el cambio de mentalidad que hoy se requiere para la comprensión de las nuevas medidas derivadas de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.