Cuba es epicentro de integración latinoamericana y caribeña
- Escrito por Dianelys Hernández Díaz
Es la hora del recuento…
José Martí
José Martí
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
(CELAC) surgió 200 años después del inicio de los procesos
independentistas en la región. Entonces, toda la sangre de América
estalló en cauce común, para irrigar a la patria grande.
Tras siglos de hegemonía, llegó la hora
de los pueblos. Y Cuba, de nación aislada por las políticas genocidas
de Estados Unidos, pasa a ser anfitriona de los Estados soberanos de
América Latina y el Caribe.
Al llegar a este punto, hay que evocar
los esfuerzos que hiciera Fidel Castro Ruz por aunar voluntades, a fin
de impedir que la “deuda externa” y otras medidas neoliberales,
estrangularan las economías pobres.
Ahora, cuando la II Cumbre de la CELAC reúne a 33 países por un destino común, es preciso volver sobre el pensamiento del líder histórico de la Revolución Cubana.
En cierta ocasión, un destacado
intelectual afirmó, que Fidel es de esos hombres de rara estirpe, que
visitan el futuro y regresan para contarlo. El único modo de entender
semejante valoración, es revisitando sus palabras.
A mediado de los 80, en entrevista
concedida a Jeffrey Elliot y Mervin Dymally, el mandatario cubano
avizoraba lo que está ocurriendo hoy, en materia de integración.
Entonces, refiriéndose al
recrudecimiento de las políticas hostiles de Estados Unidos contra los
países latinoamericanos y el conjunto de relaciones económicas injustas,
Fidel expresaba:
“La crisis es la que va realmente a
promover la solución (…) En América Latina, no tengo la menor duda, o
hay soluciones o tendrán lugar grandes estallidos sociales que derivarán
hacia cambios revolucionarios bastante generalizados.
“(…) todas estas políticas están
ayudando a unir a los gobiernos, a unir a los países del Tercer Mundo,
por encima de las ideologías, para exigir y para imponer un cambio en
las relaciones económicas establecidas (…).
“Es una cuestión de supervivencia para
los países latinoamericanos y, por supuesto, de supervivencia para los
actuales procesos de apertura democrática que tienen lugar, y una
cuestión de supervivencia para ellos como presidentes de esos países”.
También en esa década, en sus
conversaciones con Frei Betto, Fidel establecía una interesante analogía
entre el destino de los pueblos del Tercer Mundo, y dos tormentos
colosales recogidos en la historia de la humanidad.
“Yo creo que ya hemos caminado cuesta
arriba durante mucho tiempo; no solo hemos sufrido el tormento del
Calvario, sino el de Sísifo, el de aquel hombre que iba siempre cuesta
arriba con una piedra y cuando estaba llegando la piedra volvía hacia
atrás (…); y si ya hemos tenido el Calvario, debemos tener también una
resurrección.”
Ahora, Cuba se convierte en epicentro de
la integración latinoamericana y caribeña. A más de medio siglo del
triunfo definitivo de la libertad en la Isla, y a 161 años del natalicio
de José Martí; se cumplen los sueños de los próceres americanos y los
vaticinios de Fidel. La historia ofrece su veredicto y dicta: razón.