El insólito hecho ocurrió el domingo 1 de febrero en un centro de
tratamiento de Ébola Sierra Leona y
narrado de un a manera muy original por
el doctor Omar Seguras Llanes, Anestesiólogo de la Brigada Médica Cubana vs el
Ébola en el África Occidental. Nada, que los cubanos, además de ser cordiales, solidarios y muy,
pero muy humanos, nos las arreglamos para solazar en los momentos más difíciles.
Yo lo recibí vía correo, gracias a la colaboración de mi
querido amigo Juan Carlos Curbelo Fajardo, Licenciado en enfermería e integrante
de la Brigada Henry Reeve.
Aquí les dejo con la singular narración del extraño suceso….
A quien pueda interesar:
Asunto: "Gallina en el Área
Roja".
Ebola
Treatment Unit "ADRA", Waterloo, Western Rural Freetown, Sierra
Leone.
Domingo, 1 de febrero de 2015.
(3.00pm).
Reporte de caso:
En la tarde de hoy, desempeñando mi
labor asistencial como médico de la Brigada Cubana vs el Ébola durante la
actual epidemia, fui testigo excepcional de una complicación no prevista en
ninguno de los manuales de la OMS, ni siquiera tratada como posibilidad
práctica en ninguno de los entrenamientos o conferencias de expertos en los que
participamos.
Una gallina del vecindario
colindante con el hospital, completado con facilidades temporales para abaratar
los costos y abreviar los plazos de atención a los pacientes atacados por la
enfermedad, penetró furtivamente al Área Roja, donde por el elevado nivel de
contaminación con el mortal virus Ébola solamente puede penetrar personal
previamente entrenado y vistiendo el PPE (Personal Protection Equipment). De
inmediato se dio la alarma epidemiológica y un cleaner (asistente de limpieza),
vestido para la apremiante emergencia con las botas de goma, gorro, máscara y
guantes de látex, entró al Área Roja por la puerta de la estación de Triage
(área de recepción y clasificación de los casos que arriban al hospital), para
darle captura a la intrusa por los métodos tradicionales. Reglamentariamente en
esa entrada se encuentra situada una tina con agua clorada para la desinfección
química del calzado. El cleaner se detuvo dentro del agua clorada y luego
desapareció de la luz de la puerta hacia el interior del Área Roja.
En un
minuto sonó la algarabía del escandaloso animal tratando de evadir a su captor.
Luego la bulla dio paso a unos discretos sonidos de lamentación que emitía el
ave, evidentemente capturada, y dos minutos después se vio aparecer al hábil
cazador sosteniendo a su presa por la base de las alas, con sus dos patas
convenientemente atadas con una cuerda.
Todo sucedió en un santiamén.
Hasta aquí todo marchaba bien: el
cleaner volvió a sumergir sus botas en el agua clorada antes de comenzar a dar
pasos para dirigirse al área verde de la ETU, cuando me percaté de una grave
violación de las normas de seguridad, y antes de que yo dijera nada comenzaron
las protestas de los enfermeros sierraleoneses que presenciaban la escena.
Entre el coro disonante de voces y algunas carcajadas no entendí lo que le
decían al cleaner, quien evidentemente sí comprendió su falta y, regresando
unos pasos al umbral de la puerta que acababa de dejar atrás, introdujo tres o
cuatro veces las patas del desdichado animalito dentro del agua clorada para,
de esta forma, no dejar de realizarle el reglamentario tratamiento de
desinfección química a la salida del Área Roja. En honor a la verdad, el ave de
corral tuvo un comportamiento disciplinado después de su fiasco, pues a todas
luces no pareció objetar el procedimiento y, lejos de esto, se mantuvo muy
quieta y sin chistar.
Luego, el cleaner con su trofeo de
guerra se escurrió en algún lugar del campamento y ya no supe más de la
gallina.
Que es todo cuanto deseo reportar; y
lamento no contar con fotos o videos que apoyen mi testimonio.
Atentamente
Dr. Omar Seguras Llanes
Anestesiólogo de la Brigada Médica
Cubana vs el Ébola en el África Occidental.
;-)))