jueves, 12 de enero de 2017

Somos el modelo en el que se fijan nuestros hijos

Afirma un refrán que “el niño hace más lo que ve hacer, que lo que le dicen que haga”, y no cabe la menor duda.
Aprender es algo que hacemos desde que llegamos a este mundo y ese aprendizaje comienza con la observación. Los primeros años de vida son esenciales en la formación de conductas nuevas, y la primera técnica para aprender es, simplemente, observar.

Por tanto, los padres somos el modelo en el que se fijan nuestros hijos y por el cual pueden desarrollar hábitos y conductas, adecuadas y saludables. Somos, por decirlo de alguna manera, su marco de referencia, aprenden nuestras mismas conductas, las adquieren y las repetirán en el futuro.

De ahí la importancia de ser consecuentes con nuestra manera de actuar, con el estilo de comportamiento - incluso delante de los más pequeños- porque el patrón de conductas que seguirán en sus próximos años dependen, en gran parte, de la primera etapa de la vida. Y esto sirve tanto para las conductas positivas como para las negativas.

Si ellos ven que sus padres critican a cualquier persona por algún defecto, aprenderán que lo correcto es criticar a los demás; si ven que sus padres ayudan a la vecina a llevar la compra, entonces asimilarán que lo correcto es ayudar al que lo necesita; si ven que sus padres se hablan a gritos e insultos, aprenderá que lo correcto es ese estilo de comunicación; si ven que conversan y llegan al entendimiento, entonces sabrán que existe el modo de ser receptivos y tolerantes.
Somos el modelo y en eso debemos pensar antes de cuestionarnos, si existe o no, crisis de valores en la sociedad.

Cuando nuestros hijos van creciendo, no podemos hacerles creer que siempre tienen la razón; es un error discutir o aclarar situaciones delante de ellos, restando importancia o valor al hecho en sí.  Nosotros, como padres estamos en la obligación de corregirlos cuando han obrado mal, lo mismo en la escuela, que en el barrio, o en la propia casa.

Sin embargo, hasta para llamarles la atención tenemos que ser cuidadosos, esa es la manera de educarlos en el respeto hacia ellos mismos y hacia los demás. No olvidemos que… “el niño hace más lo que ve hacer, que lo que le dicen que haga”.

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