El bloqueo es real, pero Cuba no está sola

Una nueva fecha histórica vive el pueblo de Cuba, este seis de noviembre. Por Vigésimo octava ocasión, la misión diplomática de nuestro país, presenta ante la Asamblea General de Naciones Unidas el proyecto de resolución contra el genocida bloqueo que nos impone el gobierno de los Estados Unidos. 

Como es ya habitual, previo a la votación, representantes de numerosas naciones, así como de los principales grupos y bloques regionales e internacionales denunciarán el bloqueo ilegal y violatorio del Derecho Internacional y de la Carta de las Naciones Unidas.

Este es reconocido, además, como el principal obstáculo al desarrollo económico y social del pueblo cubano, cuya imposición también lacera la soberanía de países que pretenden mantener  normales relaciones económicas, comerciales y financieras con Cuba. 

Una vez más, Estados Unidos intenta entorpecer este serio proceso… Mientras el año anterior presentó unas ocho enmiendas diferentes al proyecto de resolución expuesto por Cuba; ahora despliega intensas acciones de presión sobre seis países latinoamericanos, para forzarlos a cambiar su tradicional voto en reclamo al fin del bloqueo. Así lo denunció nuestro Canciller Bruno Rodríguez Parrilla.

No obstante, a pesar de las patrañas imperialistas se prevé que el jueves siete de noviembre, al realizar la votación, sea aprobada por una abrumadora mayoría de los países miembros del máximo organismo internacional, como ya es común desde hace 27 años.

La votación más reciente, la del año anterior 2018, mostró un abrumador apoyo a la resolución cubana. Un total de 189 naciones estuvieron a favor, solo dos en contra -Estados Unidos e Israel- y ninguna abstención.

Nuevamente Estados Unidos quedará aislado de la comunidad internacional en su política de agresión contra Cuba porque el mundo volverá a rechazar el bloqueo, esa política genocida y criminal que busca ahogar a nuestro pueblo y a su Revolución.

El respaldo rotundo de la inmensa mayoría de las naciones será, otra vez, la respuesta mundial a la extrema hostilidad de la administración del más impopular y aberrado de todos los presidentes norteamericanos.