Escrito por Dianelys Hernández Díaz
El pueblo estaba en vilo esperando el sexto juego de béisbol entre “cocodrilos” de Matanzas y “vegueros” de Pinar del Río. La tensión era mayor tras la suspensión por lluvia en la noche del martes.
Anoche, en el estadio Victoria de Girón, de Matanzas, los árbitros cantaban bola o strike; pero en cada hogar vueltabajero se hacía el conteo final, ese que define si el equipo local lleva o no, la ventaja.
Quienes transitaban por las calles detenían su paso ante una puerta abierta para saber cómo estaba el juego. Sin conocerse, las personas se preguntaban y comentaban alguna jugada.
Parecía haber solo un canal televisivo para los vueltabajeros. Por unas horas, “la pelota” pasó a ser el centro de la vida de todo un pueblo.
El equipo pativerde fue ganando a su afición paso a paso, sin alardes ni lances de pavoneo. Quizás, esa fue otra de las enseñanzas del señor Alfonso Urquiola Crespo, aún después de ser coronado.
La tensión no bajó hasta el último inning, porque “los cocodrilos” son aguerridos y dieron lo mejor de sí por el triunfo; sin embargo no pudieron con Pinar del Río, probado por la tradición beisbolera, con un bullpen más fuerte y un maneger de altos kilates.
Tras la remontada a los “leones”, los “vegueros” no escatimaron esfuerzos para arrebatarle el triunfo, en su propio terreno, al equipo más ganador de la 53 Serie Nacional de Béisbol.
Pocas veces se viven emociones colectivas tan fuertes. Es cierto, los pinareños somos solidarios, hemos vivido momentos difíciles y siempre ha primado la unión, pero qué hermoso ver al pueblo conmovido por el Deporte Nacional.
No era preciso saber de béisbol para alegrarse, se percibía que en “la tierra del mejor tabaco del mundo” primaba ánimo de victoria.
En cuanto se cantó el último out del Play off, el pueblo se desbordó en las calles, las improvisadas congas empezaron la algarabía y en algunas cuadras el aplauso fue unánime.
Al cierre, las declaraciones de Urquiola y la pregunta: ¿sigue o no frente al equipo pinareño? A la interrogante, el mentor no dio respuesta definitiva, pero el pueblo la sabe.
Alfonso Urquiola ya está para siempre en el equipo de béisbol de Pinar del Río como paradigma de triunfo y sencillez. Un hombre no es grande porque busque la gloria personal, que ya él la tiene, lo es cuando enseña a otros el camino hasta la cima.
17 de abril de 2014
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