Preferimos vivir a añorar nuestro Pinar

Muchas son las razones que nos enorgullecen a los nacidos en la más occidental de las provincias cubanas. El hecho de vivir en la tierra donde se cosecha el mejor tabaco del mundo nos hace distintivos.

Pero, son tantas las motivaciones, que en lo particular nos resultaría irracional enumerarlas, por tanto, nos satisface más sentirlas que detallarlas, y siempre preferiremos vivirlas a añorarlas.

Los pinareños pudiéramos vanagloriarnos porque pocos escenarios en Cuba, exhiben tanta belleza natural, sin embargo no es nuestro estilo; nosotros preferimos compartir con extrema hospitalidad la hermosura de un paisaje como el Valle de Viñales, Patrimonio Cultural de la Humanidad.

A Pinar del Río también la distingue una región de características especiales por su importancia ambiental, económica y social; un sitio exclusivo en la conservación del patrimonio subacuático, la Península de Guanahacabibes, Reserva de la Biosfera y una región prácticamente virgen.

Inmensas son las riquezas que atesora nuestro Pinar, lugar donde nacimos hombres y mujeres de bien, con capacidad probada en sectores como la cultura, las ciencias y el deporte. Cuna de nuestros abuelos, padres e hijos.

Esta tierra es de inmenso orgullo para quienes la habitamos. También la ciudad es bella ante nuestros ojos, pero innegablemente carece de atractivos y lo expresamos, sin ánimo de agravio.

Sin apasionamiento, somos de esas personas que prefieren reconocer las imperfecciones, antes que otros vengan a cuestionarlas. Sabemos que nuestras calles no son las mejores pavimentadas, que nuestro sistema de acueducto es antiquísimo, por eso tantas interrupciones; que falta aún mucho por hacer para lograr la satisfacción plena al recibir los diferentes servicios, en fin...

Pero los pinareños estamos tan a gusto donde nos corresponde vivir, que con espíritu emprendedor contribuiremos a hacer de estas, las mejores tierras y que nuestra ciudad vista mejores galas, al celebrar en dos mil 17, los 150 años de fundada.

Así es nuestro Pinar, un sitio, donde reitero, nos satisface más sentirlo que detallarlo, y siempre preferiremos vivirlo a añorarlo.