Una atención esmerada reciben las niñas y niños que requieren de los servicios Onco Hematológicos, en el Hospital Pediátrico “Pepe Portilla”, de la ciudad de Pinar del Río.
Diversas terapias se aplican a los más de 20 infantes con patologías oncológicas entre las que predominan Leucemias, Púrpura Trombocitopenia Ideopática (PTI), Aplasia Medular, Anemias, Trombopatías, Hemofilia, Sicklemia y otras como Neuroblastomas, Retinoblastomas, Ósteosarcoma y Linfomas de Hogkimg o no Hogking.
La mayoría de estos pacientes reciben los tratamientos citostáticos de forma ambulatoria por la importancia que tiene para su recuperación física y emocional, el vínculo estrecho con la familia y con otros infantes de su edad.
De todos es sabido el elevado costo, a nivel mundial, de un procedimiento tan esperanzador como los ensayos clínicos, sin embargo, en nuestra provincia, como en el resto del país, a muchos de estos pequeños se les garantiza gratuitamente, a pesar de las restricciones impuestas por el bloqueo norteamericano, que nos impide adquirir esos fármacos en el mercado internacional.
No obstante, en aras de satisfacer las demandas de las instituciones hospitalarias, gran parte de las vacunas que se emplean en los tratamientos son producidas nacionalmente, gracias al desarrollo alcanzado en el campo de la Biotecnología.
Sobresalen entre ellas: La Erotripoyetina (Epocín), que ayuda a la compensación de los glóbulos rojos; el Filgastrín (Leucocín), que reemplaza las cifras de Leucocitos; además del Cimagel, empleado en el tratamiento a pacientes con tumores de cabeza y cuello.
Según la explicación ofrecida por la enfermera intensivista Yusimí Puentes Capote, Subjefa de los Servicios de Oncohematología en el Hospital Pediátrico pinareño, con una experiencia de más de 12 años en ese campo, la esperanza de vida de estos niños es bastante elevada con las terapias.
Aunque algunos de ellos las rechazan en determinado momento, por complicaciones dado el grado de toxicidad que desencadenan, un gran número alcanzan la calidad de vida requerida.
Una historia que merece ser contada...
Conocemos el caso de un infante que desde muy pequeño le fue diagnosticado aquí, una Leucemia Mieloblástica, las que figuran entre las más agresivas y con el proceder oportuno rebasó toda expectativa, llegando a obtener remisión completa de su médula.
Hoy Mario Expósito, (Mayito) como lo llaman sus médicos, amigos y familiares, disfruta de su vida adulta independiente. Motivado por el desvelo del personal de los servicios Oncohematológicos, por el ejemplo de su padre que es médico y el de su madre, enfermera, decidió prestar asistencia como mensajero en la Sala de Emergencia del Policlínico Raúl Sánchez, de esta ciudad.
La intención del Estado es que niños como Mayito, que son diagnosticados con padecimientos malignos, reciban todo cuanto sea necesario para su bienestar, puedan alcanzar la edad adulta y conseguir todas las metas propuestas.
Mario Expósito, es y será uno de los ejemplos irrefutables de la entrega, la consagración y el amor con que son asistidos los infantes cubanos en los servicios Oncohematológicos como los que se prestan en el Hospital Pediátrico “Pepe Portilla”, de la más occidental de las provincia cubanas.
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