lunes, 30 de abril de 2012

Impacto de una tarde gris que arrancó incontables lágrimas.

    




Estas son imágenes que quedarán en el recuerdo....
  

Así quedaron algunas calles de la ciudad de Pinar del Río, después de la Tormenta Local Severa que afectó a la ciudad pinareña, la tarde del viernes 28 de abril de 2012. 


En solo dos horas cayeron 166 milímetros de lluvia y se reportaron vientos de 70 y 100 Kilómetros por hora. 








 Tarde funesta para aquellos que perdieron innumerables bienes.








Las imágenes tomadas por la periodista Yusimí García Castellano, la conmocionaron y la motivaron a escribir el siguiente comentario que, con la aprobación de su protagonista, deseo compartir con aquellos que visiten mi Blog.

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Calles y casas inundadas, pantalones remangados, objetos que gravitaban sobre el agua, animales que nadaban por salvar su vida, rostros conmocionados, y un ajetreo poco común, fueron las señales más desgarradoras que ofreció a los habitantes de la capital pinareña, la tormenta local severa de la tarde de este viernes.

Solo dos horas bastaron para que se registraran 166 mm de agua en la cabecera provincial, a ello se le unieron los fuertes vientos, la caída de granizos y la persistente lluvia, colocando recuerdos imborrables en la memoria de todos los afectados.

Alguien pudiera pensar que los habitantes de Vueltabajo acostumbrados a eventos meteorológicos de mayores dimensiones, estábamos preparados también, esta vez, pero sin dudas esta tormenta nos jugó una mala pasada.

Esta vez no valieron los avisos, de que este fin de semana ocurrirían algunas lluvias en el occidente.

Por el contrario, como huésped sigiloso, irrumpió con rapidez, en horas de la tarde, no era mayo, junio ni julio, los meses de mayor incidencia de estos fenómenos en el país, fue en abril y nos dio breve tiempo para reaccionar.

Una tormenta local severa puede llegar hacer incluso más daño que un ciclón o un huracán, eso ya  lo hemos constatado los pinareños, y aunque no hubo que lamentar pérdidas de vidas humanas, sí se registran numerosos daños en techos de hogares y organopónicos.

Sin dudas, una experiencia inolvidable que nos convoca a mantenernos alerta aún cuando son impredecibles eventos de esta envergadura, para que sus repercusiones sean menores. 

Por: Yusimí García Castellano.


 



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