Entre
los desmanes de la vida, no existe otro peor que ser relegado, después
de haber aportado tanto en beneficio de otros y a favor del desarrollo
social.
La
afirmación anterior tiene para muchos, en particular los adultos
mayores, el más objetivo sentido, porque saben bien de cerca lo que
significa; no por gusto asientan cuando alguien dice que una persona
muere dos veces, la primera de ellas, cuando se jubila.
Y es que no existe peor destino para nuestra historia de vida, que el olvido.
Claro,
también sabemos que existen excepciones, pero, como no constituyen
mayoría no merecen elogios, porque lo ideal, en una sociedad como la
nuestra, sería que esos positivos ejemplos constituyeran la regla y no es así.
Por
lo general cuando una persona arriba a la edad de jubilación y decide
culminar su desempeño laboral para acogerse a sistema pensionario, no está haciendo otra cosa que firmando un pacto honrado con la soledad.
De
manera reiterada expresamos el término de longevidad satisfactoria, sin
percibir que es una cualidad que va más allá de ver insertados en la
Universidad del Adulto Mayor, a quienes nos antecedieron, más allá
incluso que verlos activos desafiando las adversidades de los nuevos
tiempos.
Una
longevidad satisfactoria ayudamos a fomentarla cuando le mostramos a
aquellos que ya no están laborando, que no los olvidamos, porque además de
seguir su ejemplo, los convocamos, los recordamos, nos preocupamos por
ellos.
Sólo así se logra que, aquellos que tanto aportaron en beneficio de otros y a favor del desarrollo social, sientan satisfacción plena.
Labremos con firme simiente el camino que un día, por ley de la vida, nos corresponderá transitar.
Preservar
la memoria histórica implica también rescatar del olvido a quienes han
vivido más; reconocerles sus méritos es una deuda que debemos saldar. Es
esta la única manera de hacer valer la frase del escritor e hispanista
británico Gerald Brenan: “La vejez nos arrebata lo que hemos heredado y
nos da lo que hemos merecido”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario