viernes, 17 de febrero de 2012
Digno, sencillo, apasionado; así recordaremos siempre a Juan Almeida Bosque.
Hoy se cumplen 85 años del natalicio del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, a quien dimos el último adiós el 12 de septiembre del 2009.
Almeida es ejemplo indeleble de lealtad, patriotismo y amor a la Revolución Cubana. Durante su vida, supo combinar de singular manera sus dotes de combatiente incansable con la sensibilidad de un genuino creador.
Más de 300 canciones y valiosos textos que constituyen material de obligada consulta para el estudio de nuestra historia, conforman el acervo de su obra.
A Almeida, le sobraba amor para repartir, por ello supo dar en cada momento la cuota exacta hasta la hora de su muerte. Digno, sencillo, apasionado, así lo recordaremos siempre.
Y no podrá ser de otra manera; lo afirmo segura porque quien dude de su pasión, tan solo tendrá que remitirse a su vasta obra para descubrir en letras intensas y auténticas el profundo sentimiento humanista del autor de tan hermosa poesía.
“La Lupe”; “Lo que quiero”, y otros innumerables títulos quedarán en el caudal de la música cubana, destacando siempre que el poeta fue de brazo fuerte, de mente hábil y verbo encendido.
Y por qué no, me atrevería a asegurar que aprendió bien de Martí toda esa destreza, toda esa maestría del patriota que defiende su ideal sin dejar de ser el hombre bravo y sensible, enérgico y sutil.
Hace poco más de dos años que despedimos físicamente a Almeida, conscientes de que nunca podrá tan excelsa obra poética y rebelde quedar en el olvido.
La Lupe
(Juan Almeida)
Ya me voy de tu tierra,
mexicana bonita,
bondadosa y gentil,
y lo hago emocionado
como si en ella dejara
un pedazo de mí.
Ya me voy, linda Lupe,
y me llevo conmigo
un rayito de luz
que me dieron tus ojos,
virgen guadalupana,
la tarde en que te vi.
Golondrina sin nido
era yo en el camino
cuando te conocí.
Tú me abriste tu pecho
con amor bien sentido;
yo me anidé en ti
Y ahora que me alejo
para el deber cumplir,
que mi tierra me llama
a vencer o a morir,
no me olvides, Lupita;
ay, acuérdate de mí.
(1956)
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