martes, 5 de noviembre de 2013

Una mayor cultura de envejecimiento: reto ineludible


El envejecimiento poblacional es, sin lugar a dudas, uno de los serios problemas que deberá enfrentar nuestra sociedad en breve tiempo y un reto ineludible para las familias en cuanto a los cuidados de la tercera edad.

En Cuba, como en resto del mundo, el número de personas adultas es cada vez mayor, con la particularidad de que, para el 2025  será el país más avejentado en América Latina, junto a Barbados, y en el 2050 estará entre los de más altas edades del planeta.

Para algunos, el tema pudiera resultar intrascendente, sin embargo la realidad impone adoptar medidas urgentes con el fin de mantener al mayor número de personas vinculadas a la sociedad.

Según investigaciones del Centro de Estudios de Población y Desarrollo, en pocos años los jubilados serán más que los jóvenes que ingresan al mercado laboral; perspectiva que influyó en la decisión del Estado cubano de aumentar la edad de jubilación de 55 a 60 años para las mujeres y de 60 a 65 años para los hombres.

Tengamos en cuenta que la esperanza de vida al nacer aquí, es de 78 años como promedio y que es notable el empeño, que en materia de salud, educación, deporte, cultura y bienestar general,  ofrece al pueblo nuestro sistema social que no excluye a los ancianos.

Los ejemplos de beneficios son múltiples. Por ejemplo, en Pinar del Río existen casas de abuelos en todos los municipios y un Hogar de ancianos a nivel provincial,  instituciones donde se les rehabilita a largo, mediano o corto plazo, para insertarlos de manera activa  a la sociedad y que se sientan personas útiles y queridas.

Ese cuidado integral gerontológico se establece desde la propia atención primaria de salud  y comprende los centros hospitalarios.    

También en materia educacional sobresalen las cátedras del adulto mayor, creadas hace ya 13 años, con la motivación de lograr una nueva cultura hacia la ancianidad y donde se han graduado miles de abuelas y abuelos de Vueltabajo.

No obstante, los encargados en nuestra provincia y en el país, de adoptar medidas viables, deberán replantearse nuevas estrategias, de acuerdo a cómo se prevé, se presentará el futuro en poco menos de una década.

El pronóstico del envejecimiento en Cuba es una realidad inminente y seriamente preocupante.  Sabemos que hoy existe voluntad política para enfrentar el desafío; pero es importante reconsiderar la manera en que lo haremos, para ser justos con aquellos que ya descuentan años, después de haberlo dado todo en beneficio de otros.

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