lunes, 9 de diciembre de 2013

Derechos en beneficio de la vida


La historia de Jesús Adelvis González Peña, puede parecer irreal, sin embargo quienes lo conocen dan fe de la  autenticidad de estas líneas.

Adelvis nació hace 36 años en el Hospital Gineco-obstétrico Justo Legón Padilla, otrora institución insigne de la Maternidad en Pinar del Río, con un diagnóstico de Parálisis Cerebral Infantil (PCI).
El dictamen médico angustió a la familia y en breve tiempo alejó a los insensibles, incluso a quien lo trajo al mundo. 

Creció bajo la tutela de los abuelos maternos, quienes le brindaron protección y sobre todo, amor incondicional.

Los años transcurrieron y llegó la edad escolar. Como todo niño con necesidades educativas especiales, en nuestro país, Adelvis tuvo derecho a la educación. 

Su discapacidad motora le impide ir a la escuela, pero recibe los contenidos de primaria en su hogar, sito en la calle Norte Número 133, en el Reparto Celso Maragoto Lara, de la ciudad pinareña.

Viviana Fernández López, maestra ambulante de la Escuela Especial Ciro Redondo, le impartió los programas de las diferentes asignaturas, desde preescolar a sexto grado y la Licenciada María del Carmen Rodríguez Ulloa, como logopeda, logró compensar las necesidades en el área cognitiva y de la esfera emotivo-volitiva.  

Para los abuelos, las noches de develo se tornaron tormentosas, cuando por esos incomprensibles lances del destino, el pequeño ya con 10 años, sufre meningitis la que rebasa por la consagración y desvelo del personal médico que lo asistió en el Pediátrico Pepe Portilla y por la perseverancia de sus abuelos.

Después de vencer la gravedad producto de la infección, con voluntad ilimitada, concluye la primaria. Su maestra Viviana, la que mantiene con la familia de Adelvis estrechos lazos afectivos, recuerda que era un pequeño muy hábil y con unas ansias inmensas de aprender.

El interés por las letras y los números lo cautivó, por lo que continuó la enseñanza media en la Escuela Especial Solidaridad con Panamá, en la capital del país, donde estudió desde el año 1995 a 1999.

Ávido de instrucción y no satisfecho con los conocimientos hasta ese momento adquiridos, Adelvis le manifiesta a su abuelita Claudina el deseo de matricular el nivel medio superior en la educación de adultos, para alcanzar el 12 grado y obtener el título de Bachiller en Ciencias y Letras.

Sus aspiraciones se materializan en julio de 2002, con calificaciones excepcionales por materias y un promedio general de 97,13 puntos, según consta en la certificación de notas otorgada por la Facultad Julio Antonio Mella.

Sus exámenes siempre fueron orales, porque el daño cerebral afectó el control muscular y le es imposible escribir, pero como discípulo convenció a los docentes de sus conocimientos por medio de la expresión oral, a pesar de su compleja pronunciación.

Es miembro fundador de la ACLIFIM en Pinar del Río, asociación a la que pertenece desde los 4 años, según aseguró.

El coeficiente intelectual de Adelvis se denota cuando dialogas con él. Conoce y es capaz de debatir acerca de cualquier tema porque lee a diario la prensa, ve televisión y escucha la emisora Radio Guamá, de la que es un asiduo oyente.

Las limitaciones físico-motoras no han frenado su independencia, aún cuando requiere de apoyo para muchas actividades, pero por suerte tiene bien cerca a la abuelita Claudina Martínez Valdés, su hada protectora.

Ella es la inseparable mentora, quien lo ha inspirado en la materialización de cada proyecto; en esa aspiración incansable de mostrar sapiencia y talento.
………………

Nota: Viviana Fernández López, maestra ambulante de Adelvis durante la primaria, tiene hoy 80 años de edad y reside en la Calle Gerardo Medina, en la ciudad pinareña.
 

                                                      Adelvis y su abuelita Claudina.

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